De repente, “nos damos cuenta” que las cosas no están saliendo como era nuestro deseo… ¿podría ser por alguna de las siguientes causas?...
Incapacidad para fijarse metas: A algunos nos gusta vivir el presente y tenemos una resistencia natural a fijarnos metas. Pero establecer metas es esencial para la aplicación efectiva de los proyectos. Los estudios demuestran que más del 90 por ciento de las personas que se fijan metas, las consiguen.
Miedo al fracaso: hay personas que desarrollan la falsa creencia de tener que ser siempre perfectas y que el fracaso es algo negativo. En realidad, solemos aprender más de lo que menos bien nos sale en la vida! De los fracasos obtenemos enseñanzas valiosas, aunque tenemos tendencia a culparnos cuando las cosas no van bien.
Compararse con los demás: también tendemos a compararnos con otros compañeros o amigos. Esta comparación constante puede afectar de manera negativa la autoestima y hacer que nos infravaloremos. ¿Cuántos hemos dicho con demasiada frecuencia: Me encantaría hacerlo, pero no soy lo bastante bueno?
Olvidarse de consultar e involucrar a otros en nuestro planes: algunos proyectos requieren la ayuda, el apoyo y la cooperación de otros. Es fácil pasar por alto este "detalle" y olvidar tomar en cuenta a personas directamente implicadas, sobre todo al inicio del proyecto.
¿Algo más?: con seguridad ya pensaste en varios obstáculos que te presentó tu propia experiencia. ¿Cómo los descubriste? ¿Qué hiciste frente a ellos? ¿Qué resultados lograste? ¿Podrías volver a utilizar los mismos recursos? ¿Qué aprendizaje te dejaron?
El primer paso para cumplir los proyectos e introducir cambios en nuestra vida es aceptar la situación y trabajar con nuestros puntos fuertes y débiles, habilidades y pautas de conducta en diferentes situaciones. Los resultados no tardarán en aparecer!
