Sabemos que el objetivo de la investigación es encontrar respuestas a interrogantes aplicando procedimientos científicos. Y una tesis pretende responder preguntas que nos planteamos en un proceso de búsquedas de ideas y soluciones a cuestiones que nos interesan.
Por lo tanto siempre tiene origen en una pregunta o problema que pretendemos resolver...en una pieza que falta desde nuestra mirada personal. Para poder encontrar esas respuestas, todos los interrogantes tienen que permitir la observación o la experimentación y aunque la investigación se orienta a la busca de respuestas, a veces puede no encontrarlas. Nos interesan las respuestas por dos razones:
a) intelectuales, para saber o entender algo solamente por el conocimiento,
b) prácticas, para hacer algo con mayor eficacia.
En general se trata de un proceso con un cierto número de actividades de cumplimiento imprescindible, a tal punto que si no se han tenido en cuenta en las primeras fases del proceso, pueden llegar a invalidar toda la investigación y por lo tanto perder tiempo y energía.
Ya hemos visto en diferentes entradas las principales facetas del proceso de investigación. Esas mismas etapas pueden formar parte de un informe sencillo y coherente donde figuren:
Una hipótesis expuesta como planteamiento del problema.
Una exposición en la que se describe la investigación a realizar.
Una especificación de los métodos de obtención de datos.
La presentación de los resultados.
Una sección dedicada a conclusiones e interpretación
