Ideas tenemos todos, y de muchos temas! Pero cuando se trata de elegir NUESTRO tema de investigación para una tesis….la cosa cambia. La nebulosa aparece. La confusión entra en escena y la dificultad para ver lo casi obvio nos abruma. Así nos sentimos casi todos frente a este desafío.
1) La primera buena noticia es que cuando la encontramos, sentimos una combinación de emociones que no deja dudas: entusiasmo, intriga, tranquilidad, pasión, empoderamiento, ilusión, pero fundamentalmente motivación. Sabías que tu tesis que cierra una etapa importante de tu vida, tiene tanto cerebro como corazón?
2) La segunda buena noticia es que hay varias formas de acortar el camino, comenzando por lo racional.
- Revisar tu experiencia cotidiana en general: qué cosas ocupan tu tiempo, qué áreas te interesan más, con qué personas o grupos te relacionas mejor, con qué temas hay incomodidad, etc.
- Observar los hechos que te rodean con atención.
- Escuchar conversaciones, propias y ajenas sobre distintos temas.
- Prestarle atención a tu experiencia laboral, especialmente si está relacionada con tu carrera universitaria.
- Focalizarte conscientemente en los temas de tu profesión: revisar publicaciones, investigar lo que escriben los colegas, pedir consejo a otros profesionales, leer revistas científicas o recorrer bibliotecas físicas o virtuales, revisar tus conocimientos previos, etc.
3) La tercera buena noticia, es que cada uno de nosotros tiene un camino emocional repleto de posibilidades.
Algunos consejos prácticos:
· Nunca descartes una idea por ninguna razón. Dale tiempo para expresarse.
· Sentirás tal vez que es confusa. Pero también intuirás que es importante.
· No te desanimes nunca cuando la rechacen o la critiquen. No te entusiasmes demasiado cuando la alaben. El equilibrio es tuyo. Escucha atentamente a todos.
